SOBRE MÍ
¡Hola! Soy Vanessa Galindo, experta en crianza respetuosa y educación no dirigida, asesora familiar y acompañante de la infancia.
Acompaño a familias y a sus peques desde hace más de 12 años.
Empecé este camino formando grupos de crianza para padres y madres. En ellos, además de crear piña y tribu, se difunden y explican los procesos internos que viven los niños pequeños para, como adultos, poder acompañar con más herramientas esos momentos que nos cuesta a veces comprender.
Después de varias formaciones y participación en distintos proyectos, creé mi propia escuelita en el campo para niños y niñas de 1 a 7 años: «El Erizo». Durante 7 años no paré de aprender y conocer en profundidad lo que sucede en el interior de los niños y lo que esto provoca en las personas que les acompañamos.
No sé explicarte por qué me apasiona tanto este tema, pero me lleva apasionando desde los 18 años cuando empecé la carrera y una profesora me habló de Summerhill (una escuela libre en Inglaterra). Desde entonces y hasta ahora, a mis casi 36, no he parado nunca de investigar, aprender y… nunca he perdido la curiosidad ni la pasión. Dicen que todos tenemos un ikigai en la vida, pues sin duda este es el mío: ayudarte a comprender a la infancia.
Para ello, primero uno necesita pasar muchas horas con muchos niños diferentes y hacer lo que más me gusta: OBSERVAR. Observar durante horas, observarse a una misma, observar lo invisible también. Y de tanto observar, al final acabas VIENDO. Ves al niño o a la niña en toda su esencia. No ves su conducta como parte de él o ella, la ves como la manifestación de lo que está sucediendo DENTRO.
Después de horas y horas durante años observando niños de 1 a 7 años, las familias me pedían consultas, asesorías, no sé cómo llamarlo. Venían a mi escuelita y hablábamos, hablábamos mucho. Al día siguiente, el hijo o la hija de la persona que había venido a tener una asesoría, venía totalmente distinto. No había sucedido todavía “nada”, pero el simple hecho de que su madre o su padre (o ambos) viniera con la intención de obtener herramientas para mejorar la forma de relacionarse con su hijo/a, automáticamente ya creaba un cambio. Me parecía magia, ¿cómo podía ser?
Después conocí la psicología sistémica, donde se dice que la familia es un sistema y que cuando alguien hace un cambio para sí mismo, ese cambio afecta a todo el sistema, por sutil que éste sea. Todo tu sistema familiar se puede beneficiar de algo que tú hagas para tu propio desarrollo personal. ¿No te parece increíblemente maravilloso? A mí sí, porque entonces uno puede dejar de enfocarse tanto en cambiar a su pareja, cambiar a su hijo, cambiar a su padre… Y empezar por sí mismo.
El camino es hacia adentro.
Si quieres un apoyo en este camino de la crianza, que te ayude a comprender mejor a tus hijos, a comprenderte mejor a ti mismo/a, a quitarte culpas y convertirlas en oportunidades de aprendizaje, a manejar la frustración de tu hijo y la tuya propia, y mucho más, estaré encantada de acompañarte.
Con cariño,
Vanessa.